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La puerta del departamento se abrió al minuto de que sonó el timbre. Era pasada la medianoche y el muchacho seguía vestido como cuando había llegado del trabajo. Del otro lado del umbral, parada en el sucio corredor y apenas iluminada por la luz que salía de adentro, la chica llevaba puesta una remera camisón y shorts viejos a pesar del frío de la temporada.
-Ga..Gabbie?- se sorprendió.
-Holaaa qué tal,- lo saludó demasiado alegre para el horario, rebotando en sus talones, -te desperté?-
-Eh... no pero... qué hacés acá?-
-Esa es forma de darme la bienvenida?-
Se quedó sin palabras un segundo, entre sorpresa y vergüenza. -Perdón pero... No habíamos hecho ningún plan que me haya olvidado, no?-
-Nada, estaba aburrida.- respondió simplemente.
El muchacho miró con desconfianza la puerta al lado de la suya. Sin darle oportunidad de preguntar, la chica lo empujó suavemente con el hombro y se metió por la puerta.
-Querés hacer algo?- preguntó.
-Em... bueno, como qué?-
-No sé, salir o algo.- dijo mientras se tiraba en el viejo sillón.
-...La verdad,- se pasó una mano por el cuello, -mi hígado todavía no se recuperó de la última vez. Ni mi billetera.-
-Qué exagerado.- se rió. -No tenemos que hacer nada loco, podemos ir al bar ése de acá a la vuelta, siempre tiene mesas afuera.-
-El que seguramente está lavando guita por lo barato que es?-
-Bue, hasta eso te parece demasiado?-
Quiso hacerlo pasar por un chiste pero se notaba que esa falta de predisposición no le había caído muy bien, y el muchacho se arrepintió en seguida.
-No, no quise--
-Podrías proponer algo vos también.-
Hubo un momento de silencio entre ambos. Mientras la chica se revisaba las uñas, aparentando desinterés, la ansiedad del muchacho subía a su garganta.
-Dijiste que habías alquilado unas pelis ayer, no?- logró rescatar de entre sus memorias. -Podríamos verlas en tu tele.-
La chica abrió los ojos por un segundo pero enseguida se recompuso. -La verdad no tengo ganas de estar...- bajó la voz sin darse cuenta, -estar encerrada en mi departamento.-
El muchacho asintió, fingiendo que no lo había notado.
-Che sabés que si necesitas algo...-
-Está bien.- lo cortó, su voz aguda a través de sus dientes en una sonrisa tensa. Se refregó las manos en las piernas. -Lo que necesito es saber si me querés acompañar a hacer algo o no.-
Miró al suelo cuando respondió. -Y... No sé. Ya había asumido que me iba a quedar acá hoy y estoy revelando unas fotos.-
-Ay Yanchu, hubieras arrancado por ahí.- revoleo los ojos, levantándose. -Está bien, te dejo en paz.-
-Nono, tampoco te estoy echando.-
-Pero no querés salir.-
El muchacho hizo un ademán como si eso explicara algo.
-Si no estuviera tan manija, te mandaría a la mierda.- suspiró.
-No te culpo.- se rió sin ganas por lo bajo.
-Dale, sí, salimos la semana pasada, qué hiciste desde entonces, además de ir al laburo?-
Hizo un gesto al desorden de papeles y tazas sobre la mesa. El muchacho miró las fotos de edificios abandonados que estaba catalogando y las fechas en el cuaderno donde estaba haciendo anotaciones, eran todas del mes anterior.
-Bueno, qué te parece... si te acompaño a tu departamento a buscar ropa--
-No es necesario.- lo interrumpió.- Me dejé unas cosas acá la otra noche.-
-Okey.- Sacudió la cabeza, sonriendo. -Vos te cambiás, y dame 10 minutos que me baño y ordeno.- Puso sus manos en los hombros de la chica. -Pero me avisás a dónde mierda nos vamos a meter antes de pagar la entrada.-
No pudo evitar una carcajada al respecto. -Trato hecho.- Lo siguió con la mirada mientras se encaminaba al pasillo, considerando algo, golpeando un dedo contra sus labios. -Te molesta que lea algo mientras te espero?-
-De mi biblioteca?- respondió desde la otra habitación. -Si encontrás algo que te interese.-
La chica largó una risita, pasando sus dedos por unos tomos en la estantería que tenía más cerca.
-Fah, tenés muchos libros sobre ocultismo.-