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-Yanny, si salimos de esto te voy a matar.- dijo la chica del cabello negro, mirando desde debajo de uno de los pilares del viejo puente. Un relámpago cruzó el cielo, dejando entrever una figura colosal que merodeaba por la ruta. Sus pesados pasos hacían temblar el piso a su alrededor, junto al sonido de los truenos.
-Cómo mierda iba a saber que estaba ese bicho acá?!- se defendió el muchacho tratando de no subir la voz por encima del ruido de la llovizna. -Cuando vine la otra vez había un par de graffitis copados, me pareció que te iba a interesar.-
-Si me dieras bola por una vez en la vida, sabrías que ya te he mostrado esos símbolos, no son nada.- Se pasó una mano por la cara, corriendo su maquillaje negro. -Pensé que íbamos a hacer algo más divertido hoy, como sesión de ouija en el molino abandonado.-
-Esas tampoco son tan divertidas para mí.- apenas murmuró en respuesta.
Un bufido frustrado del joven musculoso a su lado tapó ese comentario, estaba cruzado de brazos, apoyado en la pared con expresión impaciente. -Me lo podría cargar yo sólo pero nooo ustedes son unos cagones.-
-Snorlax es reconocido mundialmente por su resistencia y capacidad de contraataque,- respondió de más atrás la muchacha rubia con mechones verdes, mientras intentaba inútilmente limpiar el agua de sus anteojos, -lo único que lograrías es hacerlo enojar más.-
-No me tires tan abajo Nadia, también tengo un pokemon, no te olvides.- Sonrió haciendo girar la Great Ball en su dedo.
-Que apenas sabés controlar, no te intentes hacer el copado, Kevs.- la chica revoleó los ojos.
-No me hago el copado, lo soy.- le guiñó un ojo. -Y con Fido la tenemos re clara, seguro podríamos—
Escucharon un ruido a sus espaldas y se dieron vuelta alarmados. El chico pelirrojo que acababa de llegar les hizo un gesto de silencio. -Chicos, el— el arroyo está muy crecido, es imposible cruzarlo caminando, hay que subir a la ruta, sí o sí.- dijo, casi sin aliento, entre los nervios y el clima. -Me pasa por boludo, no sé por qué mierda estacioné el auto del otro lado, encima estamos lejísimo del pueblo y si lo dejamos—
-Ey, está bien moutig, lo vamos a resolver.- respondió en seguida el muchacho, intentando sonreír para tranquilizarlo.
-Más te vale que lo resuelvas.- lo increpó el otro joven, su actitud parecía haber cambiado completamente al ver el estado de su amigo.
Por su parte, la rubia había comenzado a murmurar algo, pero nadie le estaba prestando atención. -Hay una forma.- dijo en voz demasiado alta. Todos la chitaron. -Okey.- volvió a susurrar. Le hizo una seña a la chica, quien le entregó una libreta con dibujos de mala gana. Hizo un par de líneas en una página en blanco y se la mostró al grupo.
-Ugh, después dale de comer esa hoja al Fido, no la quiero en mi cuaderno.- se quejó la dueña.
Ella la ignoró y señaló sus garabatos en el papel. -Admitiré que el plan es pésimo pero si vamos todos por este lado y tu pokemon usa Sand Tomb acá,- marcó la trayectoria, -puede tirar el árbol que está al borde y hacer de puente, la cuestión es que necesitaríamos una distracción mientras.-
Con eso el resto del grupo volteó al muchacho inmediatamente. -Dale boludo, hacé tu truquito.- dijo el joven musculoso.
-Pero... Lo que hago no funciona en pokemon, ellos se dan cuenta que es todo falso.-
-Por supuesto que ni para eso—
-Eso no importa,- lo interrumpió la muchacha de lentes, -necesitamos algo que lo lleve a ese lado, no tiene que creérselo. Qué tan lejos podés proyectarlo?-
-N-no he intentado algo grande a esta distancia.- Se encogió un poco. -Tendría que acercarme más para que no los vea.-
-Sé que sos capaz de más.- insistió.
La chica de pelo negro puso un brazo alrededor de su hombro. -Prometo no dejar que Kevin nos convenza de abandonarte acá.- dijo antes de empujarlo en dirección a la ruta.
El muchacho volteó y buscó con su mirada al chico pelirrojo, que solo atinó a darle una media sonrisa antes de bajar la cabeza. -Seh, yo los metí en esto, yo me encargo.- suspiró resignado mientras una niebla oscura se comenzó a formar alrededor de su mano, apenas visible en las sombras a su alrededor. -Kevin, preparate, hay que hacerlo rápido.-
-Sisi, ya todos escuchamos el plan.- gruñó por lo bajo el joven castaño, pero igual liberó a su pokemon.
La luz y el ruido alertó al oso. Su gruñido retumbó entre los árboles como si fuese otro trueno, mientras giraba el cuerpo entero en dirección del muchacho.
-Ah... Creo que no va a hacer falta que me mates vos misma, Ceci.- se rió nervioso.