[ 🇪🇸 ] / 🇬🇧
La puerta del departamento se abrió al minuto de que sonó el timbre. Era pasada la medianoche y el muchacho seguía vestido como cuando había llegado del trabajo. Del otro lado del umbral, parada en el sucio corredor y apenas iluminada por la luz que salía de adentro, la chica llevaba puesta una remera camisón y shorts viejos a pesar del frío de la temporada.
-Ga..Gabbie?- se sorprendió.
-Holaaa qué tal,- lo saludó demasiado alegre para el horario, rebotando en sus talones, -te desperté?-
-Eh... no pero... qué hacés acá?-
-Esa es forma de darme la bienvenida?-
Se quedó sin palabras un segundo, entre confusión y vergüenza. -Perdón pero... No habíamos hecho ningún plan que me haya olvidado, no?-
-Nada, estaba aburrida.- respondió, su actitud claramente ansiosa.
El muchacho miró con desconfianza la puerta al lado de la suya. Sin darle oportunidad de preguntar, la chica lo empujó suavemente con el hombro y se metió por la puerta.
-Querés hacer algo?- preguntó.
-Um... bueno, como qué?-
-No sé, salir o algo.- dijo mientras se sentaba en el viejo sillón.
-...La verdad.- Se pasó una mano por el cuello. -Mi hígado todavía se está recuperando de la última vez. Y mi billetera.-
-Qué exagerado.- se rió. -No tenemos que hacer nada loco, podemos ir a un parque.-
-A esta hora? Gabbie, ni que tuviéramos pokemon para defendernos.-
Pareció encogerse un poco ante ese comentario y el muchacho se arrepintió en seguida.
-Perdón, no quise--
-Podrías proponer algo vos también.-
Hubo un momento de silencio entre ambos. Mientras la chica se revisaba las uñas, intentando parecer desinteresada, la ansiedad del muchacho subía a su garganta.
-Dijiste que habías alquilado unas pelis ayer, no?- logró rescatar de entre sus memorias. -Podríamos verlas en tu tele.-
La chica abrió los ojos por un segundo pero enseguida se recompuso. -La verdad no tengo ganas de estar...- bajó la voz sin darse cuenta, -estar encerrada en mi departamento.-
El muchacho asintió, fingiendo que no lo había notado.
-Sabes que si necesitas algo...-
-Está bien.- lo cortó, su voz aguda a través de sus dientes en una sonrisa tensa. Se refregó las manos en las piernas. -Pero querés hacer algo o no?-
Miró al suelo cuando respondió. -No... No sé. Ya había asumido que me iba a quedar acá hoy y estoy esperando que se revelen unas fotos en mi cuarto.-
-Ay Yanchu, hubieras arrancado por ahí.- revoleo los ojos, levantándose. -Está bien, te dejo en paz.-
-Nono, tampoco te estoy echando.-
-Pero no querés salir.-
El muchacho hizo un ademán como intentando explicar algo para lo que no tenía palabras.
-Si no estuviera tan cansada, te mandaría a la mierda.- suspiró.
-No te culpo.- se rió sin ganas por lo bajo. -Qué te parece... si te acompaño a tu departamento a buscar ropa--
-No es necesario.- lo interrumpió.- Me dejé unas cosas acá la otra noche.-
-Okey.- sacudió la cabeza, sonriendo. -Te cambias, y vamos al bar ése de acá a la vuelta? Suele tener mesas afuera.-
-El que está siempre abierto?- Levantó una ceja.
-El que seguramente está lavando guita por lo barato que es, sí.-
Lo consideró unos segundos, golpeando un dedo contra sus labios. -Y me puedo llevar algún libro de tu biblioteca?-
El muchacho se encogió de hombros. -Si encontrás algo que te interese. -
La chica largó una risita, pasando sus dedos por unos tomos en la estantería que tenía más cerca.
-Fah, tenés muchos libros sobre ocultismo.-