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La chica sacó un plato de la heladera, su ceño fruncido en clara confusión. -Y este arroz?-
La fría luz de la mañana que entraba por la ventana invitaba a descansar, pero el muchacho estaba despierto hacía más horas de las que le importaría contar. Levantó la vista de su libro, y ella debía ser la única persona en la ciudad capaz de notar que sus ojeras estaban más marcadas que de costumbre.
-Ah... lo hice anoche como a las 4...- Se acomodó en la mesa al ver a la chica agarrar un tenedor. -No te recomiendo que lo pruebes.-
Ella revoleó los ojos y lo hizo de todos modos. La arcada fue audible. -Por Arceus, qué mierda tiene?-
El muchacho se encogió un poco aunque sonrió igual. -Te dije. Se... Se me quemó, pero le puse salsa de tomate y un huevo y... no sé, algunos condimentos que tenías?-
-Ajam.- respondió mientras tiraba el resto en la basura. -Alguna razón en particular para guardar este experimento?-
-Era para mí, no para vos.-
-A veces no te creo cuando me decís que te cocinabas solo todos los días.-
Bajó el libro y se apoyó en un codo. -Nunca dije que cocinara bien, dije que me mantenía alimentado mientras mis viejos trabajaban.-
-A base de salchichas empanquecadas?-
-Eu, el galette-saucisee es una receta familiar heredada de mi abuela.- señaló, fingiendo estar ofendido.
-Te podría haber heredado algo mejor, como enseñarte a usar especias como la gente.-
-A vos quién te enseñó?-
Una pausa mínima en sus movimientos. -Experimenté por mi cuenta. No nos permitían muchos ingredientes en...- Se encogió de hombros. -Así que una vez que llegamos acá y teníamos todo un supermercado de opciones, preparaba cualquier cosa. Te salvaste de eso al menos.-
-Bueno, capaz con mi paladar no me hubiera importado.-
Le lanzó una mirada de reproche y él solo se rió. -Aunque...- siguió revisando la heladera y suspiró, -Habría que ir al almacén, no tenemos nada para preparar.-
-Mhm.- Ya estaba leyendo de nuevo.
-Venís conmigo.- Le dio una palmada en la espalda en su camino al cuarto, él soltó un quejido y se pasó las manos por la cara. -Dale, nos va a hacer bien tomar un poco de aire a los dos.-
El muchacho corrió la silla, alejándose de la mesa, pero no se movió. -No podemos ir más tarde?- murmuró sin ganas.
-Yanchu, tengo el taller después...- Lo miró algo cansada ante esa actitud. -Bueno, si no te sentís bien puedo ir sola.-
-No, está bien.- respondió demasiado rápido. -Voy con vos.-
Hubo un segundo de tensión en el que se dio cuenta de lo que su respuesta había implicado.
-Qué, no puedo ni salir a hacer compras sola ahora?-
-Obvio que sí. Pero son muchas bolsas.- trató de arreglarlo.
La chica pareció algo incómoda pero en seguida sacudió la cabeza. -Entonces dale.-
La vio buscando algo y tomó el pantalón que estaba colgando detrás de él en la silla. -Acá, atajá.- Se lo tiró, ella lo agarró casi sin mirar. -Vas a tener que pagar, sabés que el almacén no tiene tarjeta y no pienso caminar hasta el cajero.-
-Seh seh, creo que si intentás caminar de más te vas a desmayar con cómo estás. La puta-- Casi cayó peleando con una de las piernas del pantalón.
-Tan mal?- rió. Se quedó esperándola después de ordenar un poco los papeles y tazas vacías en la mesa. No tenía que cambiarse, estaba usando la misma ropa del día anterior. Y tal vez de los otros días previos a ése también.
-Pésimo. Vos y estos chupines de mierda.- le sonrió tomando las llaves y su mano antes de salir.