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Los gritos en el complejo de viviendas se escucharon apagados desde el auto, pero se distinguían suficientemente las dos voces. El chico salió dando un portazo y bajó los escalones hasta el auto, ni miró al muchacho al subirse, solo descansó la frente sobre sus manos en el volante con los ojos cerrados.
-Las reputa madre que me parió.- murmuró entre dientes después de unos segundos de silencio incómodo. -La odio.-
-Ey, no-- El muchacho intentó poner una mano en su hombro pero él la sacudió en seguida. -...Perdón.-
Suspiró apenas abriendo los ojos -Es que incluso hoy...-
-Ya sé, no me tenés que decir.- Bajó la vista. -Si querés puedo.. acompañarte? cuando esté así?-
-No te quiero metido ahí.- respondió sin más.
-Capaz no sería tan malo si--
-Si qué? Si estuvieras parado ahí en el medio mientras nos recagamos a puteadas? Qué ganás?-
-N-nada, pero.. si estoy de por medio capaz se contendría un--
-No me escuchás cuando te hablo? No funciona así.- lo interrumpió frustrado. -Vos no tenés nada que ver, si estás se va a enojar más conmigo por ponerla en evidencia. No tenés la más puta idea de cómo son estas cosas, porque no se te sale todo para la mierda como a mí. Nunca podrías entender.- terminó cortante.
El muchacho se encogió avergonzado.
-Pero puedo intentarlo,- respondió después de unos momentos, -es lo mínimo que puedo hacer.-
Hubo otro silencio. El chico respiró profundo, sin levantar la cabeza, claramente tratando de esconder las lágrimas.
-Perdón.- murmuró, voz ronca. -Perdón por ser esta basura.-
-Alan...-
-Ya la conozco, no me tendría que poner mal. No tendría que usarte.-
-Yo no creo que me estés usando.- frunció el ceño. -Vine justamente porque te quiero apoyar.-
El chico al fin lo miró, ilegible. -Por qué me tratás así?-
-Así... cómo?- Se vio más preocupado.
-Como si esto valiera la pena. Por qué siempre me tratás tan... bien?- insistió.
-Por qué todavía creés que no lo merecés?- le sonrió.
-Porque... soy...- Negó con la cabeza como confundido. -Porque nadie...- Se quedaron mirándose por un momento. El muchacho nunca cambió su expresión, casi incómodamente comprensiva y suave. -...Supongo que hay cosas que yo tampoco puedo entender.- se rió resignado antes de besarlo.
Ambos se sobresaltaron cuando hubo un golpe en la ventana, el chico la bajó al ver quién era.
-Interrumpo algo?- dijo el joven musculoso levantando una ceja.
-No, boludo, qué te parece.- sonrió sarcásticamente el chico.
-Um, hola Kevin.- el muchacho lo saludó incómodo, él apenas le dedicó una sonrisa forzada.
-Se los escuchaba a dos cuadras, qué onda.-
-Lo de siempre.- El chico se encogió de hombros. -Soy el peor hijo del mundo por no haberla ido a buscar a rehabilitación hoy.-
-Dale, decime algo que no podría haber adivinado.- bromeó
-Y para qué preguntás.- Lo golpeó en chiste. -Por lo menos era ella sola, mi padrastro no sé dónde mierda andará... Igual subí, estábamos por salir a dar una vuelta.-
El joven le hizo un gesto con la cabeza al muchacho, quien en seguida entendió. -Ah, sí, cierto.- murmuró bajando del auto y subiendo en el asiento trasero, mientras el recién llegado ocupaba su lugar anterior como copiloto.
-Bueno, qué quieren hacer?- El chico arrancó el motor.
-Es tu cumple.- respondió el joven prendiendo un cigarrillo. -Te tendríamos que preguntar a vos.-
-Chatarrería.- dijo simplemente. -Tengo ganas de romper algo.-
-Ése es Alan que yo conozco!- se rió demasiado fuerte, dándole una palmada en el hombro. -Yanny, te toca pagar!-
Revoleó los ojos con una sonrisa. -Por algo siempre salgo con efectivo.-
